Para mucha gente, visitar Islandia es cumplir un sueño; para mí también. Ese sueño
se hizo realidad el verano pasado. Su fascinante naturaleza es fuente de inspiración
para la imaginación. Pero Islandia no sólo se limita a sus paisajes y su flora,
posee también una interesante fauna, tanto de animales salvajes como domésticos.
Por nombrar uno de ellos, el caballo islandés es conocido en todo el mundo por su
porte y elegancia. Aquí se ve por todas partes, como si cada habitante tuviera un
puñado de ellos. Existe una manera específica de montarlo, que es en sí misma un
deporte muy popular. Menos conocida es la única raza canina islandesa reconocida,
el Perro de Pastor Islandés. Es un perro simpático y bonito de tamaño mediano, con
pelo medio-largo ondulado y una expresión muy elegante. Se puede comparar con el
Buhund Noruego, pero con pelo largo y se da en más colores. No es un perro de tipo
Spitz y tampoco es un tipo específico de pastor, sino que más bien parece un perro
de compañía, inteligente y capaz de realizar 1000 tareas fácilmente, desde pastorear
ovejas y caballos, hasta proteger la granja y la familia, matar ratas y acompañar
a pescadores y a cazadores. Es rápido y está siempre alerta. Puede llegar a ser
ruidoso si no está entrenado correctamente, pero tengo la impresión que no necesita
mucho entrenamiento, porque es muy inteligente y aprende rápido.
© Karl DONVIL
Decidí que mi visita no sólo se basaría en contemplar los magníficos paisajes de
este país, sino también en conocer más la cinología de Islandia, que en 2011 se
convirtió en miembro de pleno derecho de la FCI. El último fin de semana de mi estancia
se celebraba en Reikiavik una exposición canina de verano; eso me daría la oportunidad
de centrarme en la raza nativa, que no se ve mucho fuera pero que merece mucha más
atención.
© Karl DONVIL
Islandia es una tierra que apenas puede compararse con ningún otro país. Es extensa
y el terreno puede cambiar en cuestión de 10 metros, de hielo a azufre en ebullición
y a humeantes géiseres, de viejos desiertos de lava negra, pasando por la arena
negra de las playas, a barrancos profundos y altos acantilados. Esta diversidad
exige un alto nivel de vigilancia. Los perros deben ser inteligentes, rápidos, fuertes
y resistentes al clima extremo del entorno. Esa es la razón por la que las razas
de pastoreo son tan populares, y con razón mis anfitriones, Lara y Björn son criadores
de Collies Australianos y Border Collies. Importan perros de calidad superior de
todo el mundo y venden los cachorros, tanto localmente como al extranjero. Los perros
ocupan un lugar central en sus vidas y pienso realmente que lo hacen de una manera
diferente. La vida en una isla no se puede comparar a la vida en el continente donde
poder viajar miles de kilómetros en coche de una exposición a otra y de un país
a otro es algo normal. En Islandia, a pesar de su inmensidad, la gente vive en una
comunidad mucho más cercana. Todos se conocen y no hay glaciar que se pueda interponer.
Esto hace de la cría algo no tan obvio. Conseguir ser conocido en el exterior como
criador no es fácil en absoluto. Eso implica que los criadores vendan sobre todo
a los hogares de la isla. Afortunadamente, gracias a las comunicaciones modernas
y a los vuelos baratos llega a ser algo más fácil la venta de cachorros al continente.
Durante mucho tiempo ha habido una base aérea americana y probablemente se importaban
algunos perros a Islandia; también las buenas conexiones con los países escandinavos
han sido de gran ayuda. Pero aún así, la cría de perros y la búsqueda de un hogar
para ellos no es tan fácil como en el continente, teniendo en cuenta que Islandia
tiene solamente 328.000 habitantes. Pero a los islandeses le encantan los animales
domésticos y disfrutan de su compañía. Hay suficiente espacio y ningún problema
para mantenerlos. Si alguien adopta un perro, tiende a llevarlo a una escuela para
perros como si fuera la cosa más natural del mundo. Es algo normal. Hay cursos de
nutrición, entrenamiento de cachorros, entrenamiento específico para exhibirlos
en los rings y cualquier otro entrenamiento que podamos tener en el extranjero;
la diferencia estriba en la pasión por aprender. Verdaderamente se lo toman en serio.
Existen varias escuelas caninas en la capital Reikiavik y en los alrededores, donde
vive el 80% de los habitantes. Lara y Björn dirigen una de ellas en una finca alquilada.
Me invitaron a asistir a una de sus sesiones. Todos los estudiantes llegan a su
hora, nadie llega tarde. Primero hay una lección en islandés. No pude entender una
sola palabra pero me permitió observar todo más detenidamente. Toda la familia se
implica: la madre, el padre y los niños. Es un evento social y obviamente lo disfrutan.
Los niños también pueden participar, hacer preguntas, etc. Debido a los largos inviernos,
es probable que la relación entre las personas sea mucho más cercana y sea una manera
de superar el ambiente hostil y romper el aislamiento. Casi no puedo imaginármelo
en Bélgica. Después de 20 minutos nos trasladamos a la parcela y comienza el entrenamiento
de perros. Björn es entrenador profesional de perros y se ha formado en el Reino
Unido. Lara es también entrenadora y releva a Björn con frecuencia. Es muy entretenido
observar a los alumnos, ya que dentro de 5 días se celebra una de las 4 grandes
exposiciones de Islandia. Hay cierta tensión, no porque yo esté allí, sino por la
próxima exposición. Se lo toman muy en serio y quieren presentar su perro correctamente.
Aquí es imposible asistir a una exposición cada fin de semana como en el continente.
No es de extrañar que cada exposición sea extremadamente importante para ellos.
Es difícil describirlo, pero la diferencia es abismal. No es sólo una de las 4 ocasiones
para superar al rival y ganar un título, sino más bien una manera de formar parte
de ella. Ganar o perder no tiene tanta importancia. Participar es dar difusión al
club canino, a la exposición, al deporte. Es un acontecimiento social de primer
orden.
© Karl DONVIL
El día siguiente es día de exhibición del entrenamiento en la finca y de nuevo disfruto
desde mi posición de público. Para mi sorpresa, Lara me pide que haga de juez e
incluso ha traído algunas rosetas para que parezca más real. Fue muy divertido para
mí pues no soy juez y esto solo podía pasar en un entrenamiento. Por supuesto, por
experiencia sé qué cosas tener en cuenta al observar los entrenamientos para una
exposición. Pero los alumnos se lo toman muy en serio y por ellos debo cambiar mi
actitud y tomarlo con más seriedad, como el ensayo general de una obra de teatro.
Cuando entrego las rosetas a los ganadores que he elegido éstos dan un salto de
alegría, como si ganaran una competición de gran importancia y se felicitan sinceramente.
© Karl DONVIL
También visité las oficinas del Club Canino Islandés. Es un lugar agradable con
una recepción y algunas oficinas de plan abierto donde trabajan 4 personas. La mayoría
de los visitantes tienden a entrar a conversar un ratito como si se tratara de su
club social.
© Karl DONVIL
El viernes Lara y Björn me dejaron en un criadero de Perros de Pastor Islandés.
Aquí los perros son parte de la familia y está claro que éstos han cambiado su vida
familiar y se han convertido en el pasatiempo de todos. La hija es uno de los principales
handlers de Islandia y su novio también está relacionado con los perros y también
es handler. Después de tomar la foto en el río, fuimos a las instalaciones donde
se iba a celebrar la exposición. La joven pareja ya se había ido. Al llegar, vi
a los dos trabajando dentro de las salas preparando la exposición. En el sitio reservado
para el aparcamiento había mucha actividad. Al principio creí que había algún tipo
de exposición canina, pero después me di cuenta que se trataba de los junior handlers
que estaban compartiendo su experiencia con los recién llegados, enseñándoles a
exhibir sus perros, aconsejando sobre lo que se debe hacer y lo que no; un ensayo
final antes de la exposición del día siguiente. Fue una sorpresa extraña a la vez
que muy grata, tanta camaradería y comprensión, sin rivalidad, sin odio ni envidia…
todos se ayudan entre sí para poder dar lo mejor de cada uno al día siguiente en
la exposición. Lo que vemos aquí es la esencia de las exposiciones: presentar tu
perro a un juez y apreciar su opinión y su crítica. No tiene nada que ver con la
derrota de los oponentes, porque todos son amigos. Por supuesto ganar es parte del
juego, pero la alegría de la victoria es compartida por todos. Los jueces están
invitados a hacer una crítica de la calidad de los perros (léase "perros de la comunidad").
Tener perros de buena calidad es el interés de todos. No hay necesidad de derrotar
a los amigos y aquí la corrupción no tiene razón de ser (o al menos eso es lo que
siento). Debo admitir que esto fue una grata sorpresa para mí y me hizo recordar
mis ingenuos comienzos cuando mi Gran Danés ganó su primera copa, premio que fue
dado a todos los "muy bueno". ¿Quién estaría contento ahora con un "muy bueno"?
Pero aquí no tiene nada que ver con ingenuidad, sino con orgullo nacional, con el
Club Canino Islandés, donde todos los aficionados caninos locales que se precien
lo respaldan. Invitan a jueces del extranjero para que califiquen el Club Canino
y el nivel nacional de cría en conjunto. Quieren mostrar lo mejor de su país y averiguar
si sus perros son capaces de competir con los perros del continente.
© Karl DONVIL
En casa de Lara y Björn hay mucha agitación. Los amigos entran para preparar a sus
perros o ayudar a arreglarlos. Esto también es parte de la diversión. Los perros
se arreglan y se lavan el día antes de la exposición, todo debe estar listo, incluso
la ropa que los handlers van a llevar puesta en la exposición. Es como si el día
siguiente fuera el día de Navidad o el Domingo de Pascua. Debido a la norma de cuarentena,
no es posible participar en exposiciones a excepción de las organizadas en Islandia.
Eso es lo que las hace tan especiales. En el continente estamos demasiado mimados
a este respecto y no somos conscientes del lujo que tenemos. Podemos competir cada
fin de semana en hasta dos exposiciones.
© Karl DONVIL
Las salas están muy bien, con cuatro rings y escaleras grandes para el público en
un lado. Hay algunos stands comerciales en el vestíbulo y una zona para el arreglo
de perros. Hay mucho interés por parte del público, aunque no haya exposiciones
u otras competiciones como Fly ball o Agility. Fueron invitados 5 jueces, la Sra
Van Brempt y el Sr Decuyper de Bélgica, el Sr Carlos Fernandes-Renau de España,
el Sr Per Iversen de Noruega, la Sra Kornelija Butrimova de Lituania. Por supuesto,
todos los jueces deben poder juzgar varias razas, porque no hay presupuesto para
invitar a un juez para una o pocas razas. El nivel de las exhibiciones es muy elevado
y la calidad de los perros es asombrosamente alta. También me impresionó la variedad
de razas. Entre las razas populares están por supuesto el Border Collie y su sobrino
el Perro Pastor Australiano. Pero algunas razas son realmente populares como el
Labrador con 40 especímenes, el Golden Retriever con 22, el Pastor Alemán con 34
especímenes y el Cocker Americano con 27. Me sorprendió encontrar a nada menos que
36 Spaniels Continentales Enanos, más de 23 Chihuahueños y 39 Cavaliers y los 16
Shih Tzus, razas que son populares en todas partes. Los Schnauzers eran 59 en todas
sus variedades y colores, y eso es inusual comparado con el número total de entradas.
La raza que mejor calificaciones obtuvo fue el Siberian Husky. Jos Decuyper tenía
más Siberian Huskies aquí que los que tendría dos semanas más tarde en la exposición
canina europea de Leeuwarden. Me centré en la raza nacional, pues uno no tiene a
menudo la oportunidad de ver 41 especímenes juntos y compararlos. Le pidieron a
la Sra Van Brempt que los juzgara y ella lo hizo muy bien. Yo estuve sentando junto
al anterior presidente del Club Islandés de Perro Pastor y puedo asegurar que era
bastante escéptico. Al final del juicio le pregunté si la jueza hizo una buena elección.
Me aseguró que él habría elegido casi a los mismos perros. Los Perros de Pastor
Islandeses son perros encantadores y merecen ser más populares. Están muy familiarizados
con el Buhund Noruego y el Lundehund Noruego. Algunos tienen también 6 dedos en
las patas y deben tener garras dobles en las patas traseras. Es una raza muy juguetona
y alerta y estoy seguro de que es muy versátil y capaz de destacar en muchas disciplinas.
La raza tiene varios colores y me complacía ver que aquí se exponían tantos, lo
que demuestra que los Islandeses están muy orgullosos de su raza nacional, la única
raza nativa que tienen.
© Karl DONVIL
Cuando empieza la competición en el ring principal, todos los rings se unen en dos,
un ring para el juicio previo y el ring principal. Hay poca diferencia con lo que
estamos acostumbrados a ver en el resto de las exposiciones europeas. Aquí también
vemos la Clase Cachorros y la Clase Junior, la Clase Parejas y el Grupo de Criadores.
Podría darles los nombres de algunos perros ganadores, pero desgraciadamente no
creo que se conozcan fuera de Islandia, aunque algunos criadores exportan perros
y tienen mucho éxito, y ¿por qué no debería ser así? Los Islandeses importan buenos
perros de todo el mundo y como cualquier otro criador del continente, combinan buenas
líneas de sangre. Y esto de vez en cuando da como resultado bonitos descendientes.
Desgraciadamente para la población de Islandia no es fácil crearse una reputación.
Las exposiciones son bastante pequeñas, los criadores y los handlers no pueden participar
en exposiciones en otros países con sus perros y muy pocos extranjeros vienen a
Islandia a visitar exposiciones. Pero algunos son realmente ambiciosos; Islandia
tiene handlers muy buenos y la cinología se toma muy en serio. Todo lo que puedo
decir es que si alguna vez visita Islandia o hace una escala en su viaje hacia o
desde los Estados Unidos y le interesan las exposiciones caninas, eche una ojeada
al calendario de exposiciones caninas de la FCI (http://www.fci.be/expositions.aspx
) y mire si hay una exposición, generalmente todas se celebran en Reikiavik. O visite
el Club Canino Islandés e infórmese sobre su raza preferida. Y si el Perro de Pastor
Islandés es su raza, no hay razón que le impida permanecer durante más tiempo. Los
Islandeses son gente agradable y hospitalaria y comunicarse en inglés no es ningún
problema. Saben que viven en un país fantástico y están encantados de compartirlo
con sus visitantes.
© Karl DONVIL
Karl DONVIL